Moonrise Kingdom

Hace rato que Wes Anderson paso a pertenecer a ese grupo de directores capaces de luchar con sus cintas de igual a igual con cualquier blockbuster, de los pocos realizadores masivos a los que aun se les puede llamar verdaderos creadores. Para este tramo de su carrera y haciendo uso de todos sus detalles que hacen reconocible su cine, llega con una de sus mejores cintas hasta la fecha. Otra vez los personajes son los arquitectos de un universo peculiar (una isla), con sus propias leyes, en donde lo ridículo o exagerado funciona de lo más normal.

Los protagonistas ahora son niños, maravillosamente representados, con una determinación y madurez que opaca a los adultos, determinación causada por el que parece ser el primer amor, ese que trata de huidas y de vivir como hippies, solo para permanecer unidos.

Son tantas las escenas memorables llenas de un humor acido pero grandiosamente divertidas, ambientadas en 1965 con una fotografía retro altamente cuidada. El melancólico y triste papel de Bruce Willis es notable, aunque lo más sobresaliente lo muestran el par de niños protagonistas (Jared Gilman y Kara Hayward) y Edward Norton encarnando a la perfección un papel hecho a su medida.

Moorise Kingdom es el retrato de un amor precoz optimista y capaz de todo, en guerra con la amargura de unas personas mayores que parecen haber perdido algo para siempre, una pieza de poesía infantil y madura al mismo tiempo, recomendadísima.