De estas historias han pasado más de 10 años, y es bueno saber que su legado permanece aun en total vigencia. Así llega la Vímana, cuarta producción de Iván Fajardo (la primera como solista). El disco está cargado con 10 cortes empapados de aquel brit-rock-pop con sello independiente que ya es toda una marca en Fajardo. Pero vamos, Vímana no es solo un conglomerado de 10 tracks, es una nave, donde Iván Fajardo es el capitán y nosotros somos los tripulantes, a través de las melodías de uno de los artistas más sobresalientes y creativos en Perú.
Para enterarnos un poco más sobre las virtudes de su nuevo trabajo y algunos otros asuntos, hemos sometido a Iván a este breve pero interesante cuestionario.
Vímana ya se encuentra disponible en iTunes.
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Teniendo en cuenta la trayectoria que te precede. ¿Cuál es el estado de Iván Fajardo en este momento? - ¿Es Vímana el relato de momentos musicales de toda tu carrera? O ¿Pretende ser un nuevo inicio bajo un rol mucho más libre e individual? Un rol de solista.
Tiene de las dos cosas. Hay canciones muy antiguas como “Carrousel” o “Pasa el Tiempo” que iban a ser para Indigo. Te hablo de 2000, 2001. Sí es cierto entonces, que algunas canciones relatan sentimientos y sensaciones congeladas en el tiempo. Por otro lado es también como dices, que asumo un rol totalmente libre y a la vez, conductor. Digamos líder y libre. Por eso la similitud de “Vímana” con una nave espacial y un viaje recién comenzado por mí, capitaneando la nave.
En ERA, tu banda anterior, podíamos encontrar guiños hacia lo desconocido, enriquecida por una innegable inquietud cósmica, provocada quizá por el eterno misterio que encierra nuestro universo. ¿Vímana aun conserva parte de esta mitología?
No me desligo aún de la mística y de las cosas del universo. Ya te digo, el disco fue conceptualizado como una nave espacial sólo que por primera vez estoy tocando algunos temas que siempre he relegado, como las relaciones y el amor pero no desde el punto de vista romántico sino indagador, nostálgico, melancólico y a veces hasta fatalista. Por ejemplo tienes en la canción “Desencanto” que el estribillo dice “Amar es condenar”. Son verdades que han funcionado para mí, no sé si tanto para el resto. También tienes “Abducido” que habla de uno atrapado y raptado por sus propias creencias de autoexiliado social, incapaz de amar. Quizá la luz más esperanzadora es la que canto en “Turbulencia”: necesito de tu mano y viajar a la calma...
En este disco estoy un poco más aterrizado, como ves.
Algunos temas en Vímana recuerdan mucho tu época en Índigo. ¿Pertenecieron a esta etapa?
Los temas de “Vímana” que más suenan a Indigo son en realidad muy recientes y de mi onda, porque yo he escuchado mucha música de los ochentas, la que me correspondió generacionalmente. Te hablo de “Nacer”, “Calma”, “Turbulencia”, hasta “Abducido” que es un synthpop. Tienen un sabor a delays, sintetizadores, programaciones…
¿Cómo te manejas con el uso de sintetizadores? - ¿Canciones como Nacer o Fields, son la puerta hacia un próximo trabajo mucho más electrónico?
El primer instrumento con el que empecé a hacer música fue un teclado Yamaha PSS270 allá por 1990. De hecho yo era tecladista de mi primera banda y luego pase a ser tecladista y voz. Pero no soy tecladista ni pianista virtuoso, no es mi instrumento principal. Lo uso funcionalmente desde que estudié armonía. De hecho hice los arreglos de teclados para “Voces Lejanas”, “Espiral” y “El Final” con Indigo, y usar sintetizadores con sonidos más análogos siempre fue un pendiente para mí. Ahora después de mucho estoy tratando de matizar ese gusto con lo rockero y lo acústico, etc.
Dentro del proceso de grabación, ¿Qué etapa te resulta más disfrutable? Y ¿Cuál es, por decirlo de alguna manera; la más estresante?
Definitivamente la más difícil es comenzar, porque tienes un lienzo en blanco donde tiras todas las ideas y uno se demora mucho en encontrar el orden final. La otra parte estresante es la edición. Ahí suelo demorarme la vida y amanecerme muchas noches.
La mejor de todas las partes es cuando tienes ya las pistas limpias, la estructura definida y los arreglos hechos. Me divierto mucho haciendo post-producción, paneando, ecualizando, nivelando, automatizando, jugando con los efectos de reverberación, etc. Haciendo mezclas en pocas palabras. Ahí uno se deja llevar por los moods del momento y lo que la canción necesita.
En relación a la distribución de tu música, ¿Resulta sencillo y conveniente trabajar con plataformas virtuales como iTunes o 7digital? - ¿Este tipo de modelo podría suponer una ventaja para el músico peruano en relación a la distribución tradicional?
Para comenzar, en Perú todo es relativo. No existe el camino del 1 + 1 = 2. Por ahí que te sale 1.62, ¿me dejo entender? Uno puede pensar que puedes llegar a una distribución y a un mercado mucho más grande si estás en iTunes pero dependerá de cómo lo marketees y si eres independiente generalmente estás en desventaja contra las major labels que te bombardean sus artistas reconocidos.
Por otro lado el público peruano aún no está familiarizado con la compra digital on-line, masivamente hablando claro. Por eso surgen opciones como la de comprar música sin necesidad de ser sujeto crediticio y directamente desde tu smartphone. Bueno para eso tienes que haber comprado uno.
Mi conclusión sigue siendo un poco pesimista para el mercado y los artistas locales. Mientras no haya una industria peruana de la música, cualquier modelo será incierto.
Tratar de vivir solo de la música, tiene que ser una tarea especialmente complicada en Perú. ¿Cómo manejas esto? - ¿Cómo es la vida de Iván Fajardo cuando no está componiendo?
En mi terquedad de vivir de la música he logrado poner una empresa de audio para publicidad con un socio. Vivo de ella y nutro mi carrera artística con lo que gano haciendo música como empresa. En pocas palabras se puede decir que vivo de la música realmente.
Y cuando no estoy componiendo, generalmente la mitad del día me la paso siendo secretario, gerente y manager de todos mis proyectos, de la empresa y de mi carrera. Anhelaría si, tener más tiempo para jugar con los instrumentos, estudiar y practicar más, grabar, etc.
Definitivamente no. Puede que las radios no cumplan su papel dentro del círculo de renovación cultural pero tampoco depende de ellas sino de la gente. Tú haces un evento de concierto en Facebook y 500 dicen que van a ir cuando solo van 100 en realidad. O pagas 500 soles por ver a tu banda extranjera favorita y te cuesta pagar 35 o 40 soles una entrada por una banda local que te gusta.
Los intermediarios entre la música y el público también hacen muy difícil que el circuito crezca. Las marcas no creen en el potencial de las bandas y eso limita el poder de concentración de público en cada concierto que una banda hace.
Mi conclusión es un poco dura: el rock es una actitud de vida que demanda mucha pasión. Y a través del tiempo me he dado cuenta de que en Perú habemos pocos apasionados.
Como consumidor, ¿Podrías destacar algunos discos que vengas escuchando actualmente? ¿O tal vez mencionarnos que tipo de música te acompaño durante el proceso creativo de Vimana?
He pasado de ser un consumidor de música desconocida gracias a las apps y algunos webs como Band of The Day o sino Noise Trade, etc. He descubierto música que realmente me alimenta: Of Monsters and Men, Pacific Air, Hipnotica, De la Rivera, The Jungle Giants, Jose Gonzalez, Animal Kingdom... Y bueno de vez en cuando no están mal los favoritos. Ahora que recuerdo durante el proceso creativo de Vímana, estuve escuchando mucho folk, como contraparte.
Soy consciente del considerable número de personas que siguen tu música en provincias, ¿Podría darse una gira promocional de Vimana en un futuro cercano?
Uno siempre está dispuesto a hacer un tour o una gira pero depende de los recursos. Justamente para darle a la gente lo que espera ver y oír. Ojalá sea pronto!
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