Mecánico, doble en películas de acción y a veces conductor de ladrones; nos queda claro su pasado delincuencial aunque no tiene ni de cerca la facha de ladrón común, el es del tipo “profesional”, calculador, solitario y frio que no duda al sentenciar sus decisiones, es justo y leal en sus creencias y su vida hubiese podido continuar así, de no haber conocida a Irene, otra alma solitaria con su esposo en la cárcel y madre de un pequeño.
De guiños y gestos llenos de mensajes crece la empatía entre los dos, parece que seres de una especie en extinción se han encontrado.
Es a partir de la liberación del esposo encarcelado, que se inicia una serie de acontecimientos desafortunados entre delincuentes y mafiosos que involucran de cerca a nuestros protagonistas y que transforman el rumbo pasivo y calmado del "Driver", cuando impulsado por el cariño y lealtad hacia sus nuevos amigos es obligado a recordar quién era antes, convirtiéndose en un vengador sediento de sangre, y la sangre no es poca, se muestra por montones recordándonos por momentos la escuela del genial Tarantino.
En poco tiempo la trama digna de una gran película de serie b, se va fundiendo en sus preciosos detalles, logrados gracias a su ambiente retro-ochentero y un soundtrack que esta para quitarse el sombrero, además del crudo y magistral papel protagónico de Gosling.
Al acabar el film espero que te lleves la misma impresión que yo. Vaya, ya no se hacen películas como esta.
8/10