Este no es el caso en NEDS (No Educados y Delincuentes), cinta dirigida por Peter Mullan, que nos narra la vida de John McGill, un aplicado estudiante en la Escocia de los 70s y rodeado de un ambiente que invita a la violencia, su padre es un alcohólico que todas las noches maltrata a su madre, mientras que su hermano se ha dejado absorber por los demás y es uno de los delincuentes adolescentes más respetados del barrio. Desde el principio el pequeño McGill no la ve nada fácil y tiene que lidiar con la desconfianza de sus maestros quienes ya conocen de las mañas de su hermano mayor. Los años transcurren e inevitablemente John es atraído al mundo del facilismo y de la despreocupación, al caos y al "me importa todo un carajo" y "me vuelvo malo porque si". Eso pareciera, pero no todo es tan superficial.
Lo curioso en este film es encontrar el preciso momento en que el protagonista decide abandonar sus metas y pasa a importarle nada. Las cosas que causan este desborde son por un lado sus problemas familiares y por el otro, John comprende que volverse un matón es la única forma de hacerse respetar, su inteligencia y madurez parecen no servir de nada en el medio donde ha crecido. El destino infame también juega un rol importante, ya que se encarga de ponerle en la cara todo lo que necesita para vengarse del mundo.
No esperes por un final sangriento, en el que el protagonista paga por sus errores, ni tampoco por su reconciliación con sus cercanos. Nada de eso sucede, una vez más en el cine de este tipo, la exploración del momento es lo más jugoso de la trama. Una de las primeras imprescindibles del 2011.
NEDS (Trailer):
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